viernes, 8 de octubre de 2010

"De esta agua no beberé"


¿Cuántas veces juré nunca dejar una materia?¿Cuántas veces me contaron los terrores de octavo y no los creí, o dije "ah, no; eso no va a pasarme a mí"?
Bien dice una frase: "Nunca digas nunca". Siempre hay una primera vez para todo y generalmente te llega en el momento más inesperado.

Señoras y señores, aquí lo tenemos: dejé oficialmente matemáticas en el primer mes del 4º Periodo.

¿Angustioso? Sí, lo es. Es el último período y todos sabemos qué sucede si se deja la materia totalmente. Pero tratemos de verlo por otro lado. Hay una lección oculta en todas las cosas de la vida. Lo que he aprendido es que no hay que hacer un maremoto de un pequeño derramamiento de agua. En otras palabras: no vuelvo a quejarme de un 8 o un 9, por nimio o estúpido que haya sido el error cometido; al menos, no en voz alta, o , tomármelo positivamente. Claro, que si me vuelve a pasar esto, pues...

Creo que ya está bastante claro con cuánto reprobé. Sin embargo, procederé a relatar y a describir el funesto hecho...

Es decir, relataré el curso del acontecimiento.

Cierto día tuvimos el corto del mes y también que entregar la tarea. Debido a un nimio acontecimiento, la falta de tiempo (o falta de práctica para tener mayor rapidez en la resolución de los ejercicios), obtuve un 24/30 (8) en el examen y un 10/10 en la tarea. Nada mal.

El problema fue que el corto venía fácil y me confié, dos factores que al unirse pueden ser catastróficos.
Entonces ¡oh sorpresa!, llega el día del examen de mes y me topo... con que no puedo resolver prácticamente nada.

Antes de seguir, debo aclarar que tengo un problema muy curioso: "lagunitas" en el cerebro. (No, no son extensiones pequeñas de agua). Pero eso no es lo crítico; lo terrible es que algunas veces, cuando no entiendo algo, no puedo preguntarle al profesor en cuestión porque resulta que no sé qué es lo que no entiendo. Es decir, sé que no estoy entendiendo algo.... Dios mío, no sé cómo explicarlo. Es como en el momento creyera que entedí y luego resulta que no lo hice, pero no sé que es lo que no entendí y por lo tanto no puedo formular la pregunta, Algo complicado.

Así que me puse a resolver el examen a punto de llorar. Sabía que necesitaba al menos un 23/30, pero me había confundido con un 21.

El caso es que salí del examen con la certeza de que había dejado la materia. Luego, fui un poco más positiva: ya me había pasado esto dos veces antes (al parecer la tercera fue la vencida) y la logré pasar. Me puse a esperar que por misericordia de Dios hubiera sacado un 23, "confiaba" en ello.

ComIllas, porque como ya dije, mi fuero interno me decía que no lo había conseguido.

Llegó el lunes y nunca me entregaban el bendito examen. Creo que fue el último. No tuve valor para verlo, así que le pedí a una amiga que viera la nota por mí,

-¿Pasé?
Mi querida amiga asomó la cabeza por un lado de la papeleta tratando de no delatar.
-Ehh... depende- titubeó- ¿Cuánto era que necesitabas?

Le di la  vuelta a la hoja

20/60

Promedio: 5.2

Había fracasado.

PD: Acabo de escuchar una canción cuyo estribillo decía: "These things will change" Totalmente de acuerdo, ¡pero no se imaginan cómo me está costando!